domingo, 5 de octubre de 2014

El educador, que trabaja en establecimientos de privación de libertad, debe utilizar su creatividad al máximo para realizar su tarea pedagógica. En ese contexto, la recuperación de espacios para ejercer la docencia, y tratar de ser agente de cambio es indispensable, aún en los contextos más desfavorables.
La formación permanente de los educadores, brinda herramientas para esa tarea de educar en el encierro. Ganar espacios de libertad en un contexto de privación de ésta, servirá para cambiar la realidad de los adolescentes que tendrán tal vez, su primera oportunidad de acercamiento a la cultura del pueblo trabajador.

La participación en tareas culturales y creativas ayudan al aumento de la auto estima de los jóvenes, que es muy importante en esta etapa de sus vidas, marcadas por inseguridades, violencia y riesgo social, y aportará a la configuración de personalidades con capacidad de resilencia que a su vez les permitan visualizarse en un futuro por construir.

Las artes plásticas son disciplinas que ayudan a mejorar los espacios donde los jóvenes habitan y circulan, además de tener una práctica de construcción y transformación de la realidad con sus propias manos.

Con los elementos que se tienen, se logra de todas formas dar identidad al espacio.
El lugar propio, el tiempo de cada uno, paulatinamente se va transformando a través de la práctica en el tiempo y espacio compartidos, nueva experiencia de convivencia social, con nuevas formas de relacionamiento en un espacio de aprendizaje.

Mural pintado por jóvenes en el salón recuperado para taller de artes plásticas en el Centro Ariel de Colonia Berro.
Otro mural pintado en el Salon de Artes Plasticas del Centro Ariel.