Ceibos de Agosto
De pronto llegaron
siniestros jinetes,
blandiendo en sus manos
sables y machetes,
una mañana de agosto,
hiriendo a las gentes.
Y a la tarde volvieron
con zaña enconada,
al ver que la nasa,
no se dispersaba
y que por la vida
se manifestaba.

y en la noche oscura
vinieron con balas,
disparando la muerte
que el poder mandaba.
Y en la gran reyerta
jóvenes caían,
como ceibos sembrados
por calles y avenidas,
de Jacinto Vera,
y allí florecían.
Y en su triunfo aparente
el poder perdía,
esa gran batalla
en contra de la vida.
Porque ceibos de agosto
por doquier crecían,
con sus flores rojas
y ya no morían.